Datos personales

Mi foto
Spain
Esmaltado y reparación de bañeras y platos de ducha. Esmaltado de azulejos Aplicación de cordón sanitario

miércoles, 2 de abril de 2008

TANTO POR TAN POCO

Tanto por tan poco

Falta poco para que los camiones de combustible vayan escoltados por furgones blindados de seguridad y para que la leche se proteja en cajas rígidas de plástico como los juegos de playstation o las cuchillas de Gillette. Poco para que el Banco Central Europeo mande a macarras a nuestro domicilio a cobrar el Euribor, para que Alejandro Sanz y Ramoncín nos registre la casa a ver si tenemos discos que, una vez pagado el canon siguen siendo piratas.
Falta menos, -de hecho llegó ya el día,- en el que los políticos te llamen antipatriota, fascista, retrógrado o cuadriculado cuando no les bailes el agua y te quejes que la economía va mal o que – Montesquieu se está revolviendo en la tumba- la separación de poderes es una utopía en los tiempos que corremos, mientras se va hilvanando la mentira en el Congreso y atentan contra nuestra inteligencia unos y otros, convirtiendo la política en una especie de culebrón más digno de la Obregón o de los concursantes de Gran Hermano.
Hace tiempo que no salimos a la calle a pasear por pasear y nos recluimos en centros comerciales llenos de iguales. Nunca tan acompañados nos habíamos sentido tan solos. Son centros que están delimitados por paredes y que nos aíslan de lo que antes llamábamos libertad. Compramos con hilo musical y luz artificial moda y complementos para lucirlos en los mismos centros que los hemos adquirido, impulsados por un marketing que siempre se basa en lo mismo: sexo, distinción y aceptación social, para que en definitiva nos movamos en un círculo reducido en el que nadie ya se moja por nadie. Y mientras nosotros luchamos por nuestros derechos laborales, vamos un domingo por la tarde a comprar, vulnerando los derechos de los dependientes que, por el mismo sueldo, mientras haya clientela ese día su patrón no les dejará descansar. La sociedad en la que vivimos es una sociedad de mp3 por la calle, prisas, estrés, marketing, empujones, aglomeraciones, úlceras de estómago, infartos, depresiones,…
Hemos dejado de ser persona para ser robots que se mueven con horarios, modas y tópicos. En la historia de la humanidad, nunca con tanto se ha sido tan poco.