20 noviembre
20-N, fin del síndrome de Estocolmo.
Nací un 4 de Octubre de 1975, viviendo poco más de un mes de dictadura, los últimos coletazos de un monstruo ejector, un coaccionador de libertades y un fascista en todos los aspectos, pero me tocó la infancia de la transición en Ávila, en un colegio lleno de fascistoides de traje y puro en las aulas que se hacían llamar señor, con crucifijos en las paredes y la añoranza (de ellos) de no ver colgada la foto del autor de unos de los capítulos más negros de la historia de esta península. Partidarios del capón y la colleja, del tirón de pelo en la patilla y el reglazo, gente en blanco y negro que se masturbaba recordando el cara al sol y cuando llevaban las flores a María.
Por suerte, con 10 años vine a Barcelona y quedó en el recuerdo esa enseñanza del Nodo, esos profesores de magisterio que espero ya hayan fallecido e incinerado para que no enfermen los cipreses del cementerio. Pero ese es otro tema del que hablaré otro día.
Lo que quiero comentar hoy es que todavía qued un sumidero de gente que con banderas preconstitucionales rindan honores a ese monstruo de la época de la olivetti y el papel de calco en las comisarías, al censor de la cultura, el erotismo, las libertades individuales.
No me cabe en la cabeza que lo hagan los ancianos que vivieron todos los capítulos en carnes propias, ni los cincuentones recalcitrantes que levantan el brazo derecho en el Valle de los Caidos, pero menos gente de mi edad ni más joven, porque una cosa es el Síndrome de Estocolmo, y otra la estupidez.
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10 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo, en especial en el último párrafo.
Cómo es posible que jóvenes que no vivieron eso, levanten la mano orgullosos de algo que no conocieron? yo también lo llamo estupidez, no sé si echarle la culpa a los padres, al sistema educativo o a qué.
En fin, confío en que se acabe.
Un besazo
Triste y exasperante.
Puta ignorancia.
Hola, tanto tiempo sin venir a visitarte. Nada que me consumían los finales pero ya he terminado.
Tu frase final es magistral, ¡Bravo!
"una cosa es el Síndrome de Estocolmo, y otra la estupidez."
Pues cariño, tristemente es así...
Entiendo perfectamente que te enojes, de hecho, cualquiera se cabrea con la idiotez humana.
Te dejo un abrazo muy apretado, desde este lado de la orilla.
• Muy cierto Jota, y lo malo es que estos cachorros no desmerecen en nada a sus mayores. Ah! y sigo sin entender que coj…. pinta el Valle ese ahí. Cada vez que cojo la A6 y veo esa cruz allá al fondo hecho la pota directamente.
Suscribo totalmente tus palabras. Yo nací en el 73, me eduqué en los jesuitas, y trabajaba al lado del edificio de capitanía, antiguo cuartel general de Franquito, con unas placas super progresistas (algo así como "aquí se inició el glorioso alzamiento, la cruzada nacional...). Increíble que un pueblo que se llama demócrata albergue en su seno la semilla del fascismo. Dignos descendientes de aquellos que tiraban del carro del recién regresado Fernando VII, gritando "vivan las caenas!".
Ánimo
j.J. anda usted perdidísimo espero que no por nada malo.
saludos
Hola, aquí Laura, en otros lares Holly.
Pues la verdad, estoy de acuerdo con lo que dijo en su momento pero.... ¿no hace ya mucho de ello?
¿Está usted bien?
Un beso.
Diga usted que si!
Es una fantasía fascistoide de muchos el "que vuelva Franco" o "con Franco estabamos mejor". En el dificil equilibrio entre libertad y seguridad, cuando la segunda sube, la primera baja estrepitosamente. La fantasía de orden y represión, por supuesto, consiste en que "los mios" aplasten a todos los demás, pero habría que preguntar a los que les tocó al otro lado...
Así no avanzamos!
Alguno lo tenía que sufrir en sus carnes para opinar..!
Por desgracia el fascismo y la sinrazón siguen vivos..!
Un abrazo!
Javi, no me puedo creer estas palabras después de las conversaciones sobre todo esto... me alegro por eso de leer lo que leo...
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