Datos personales

Mi foto
Spain
Esmaltado y reparación de bañeras y platos de ducha. Esmaltado de azulejos Aplicación de cordón sanitario

miércoles, 26 de marzo de 2008

Bunker

Hola. Comienzo este blog con un pequeño relato. En este espacio hay cabida a todo el mundo, espero que os guste.
BUNKER

La última noche no recibió críticas por parte de la oposición, que presa en calabozos no se enteró de lo sucedido ni se enterará jamás. Tampoco por la población civil, que aún crispada por el hambre, el frio, la sed y la ley marcial impuesta semanas antes, estaba cobijada en sus viviendas que, hacía semanas acogedoras, ahora eran estancias oscuras y frías en las cuales ninguna de las instalaciones ni ningún electrodoméstico funcionaba, regresando a unos días de los que ya no quedaba nadie vivo, demasiado tiempo atrás. Sin memoria de cómo se hacían las cosas de las formas más rudimentarias, las familias, como si fueran animales de granja que sueltan en un bosque, intentaban buscar las necesidades más básicas.
Las radios, con pilas aún útiles intentaban sintonizar alguna emisora que informase sobre el inicio de la guerra.
El ejército tampoco protestó, todos estaban ocupados con el principio de la guerra, el cumplimiento de la ley marcial, sitiar los canales de información y aniquilar a los pocos manifestantes que se echaban aún a la calle. La policía ya no era tal, habían sido suspendidos de empleo o absorbidos a la vida castrense. Jueces, artistas, intelectuales y famosos se habían exiliado en algún país a tiempo o se habían unido al régimen. El resto estaban en calabozos detenidos como presos políticos o ya fusilados. Tampoco cuestionaron la decisión de aquella última noche porque tampoco se llegaron a enterar.
El Presidente estaba rodeado de los más altos cargos militares y principales consejeros políticos que no daban crédito a lo que veían.
Todos y cada uno de ellos pensaba en algún ser querido que habían dejado en casa y no volverían a ver.
Accionó la última llave de las tres, miró a los responsables de la custodia de ellas traídos a la fuerza por el ejército. Con una sonrisa dulce, se fijó en todos, uno a uno, adivinando el miedo y la impotencia de no poder evitarlo, ya que aún nadie lo apoyaba, no hubo quien se decidiese a dar el primer paso que animase a los demás a detener el fin.
Un recuerdo pasó por su cabeza. Tiempos en los que era un universitario mediocre y admiraba a Eva, coincidiendo con ella en algunas clases. Se deleitaba con su cabellera morena, unos ojos verdes, grandes, brillantes. Nunca existió para ella que, con un casco de moto y una libreta se sentaba con su novio.
Dos meses antes del Golpe de Estado se la encontró de nuevo. Era en la inauguración del Gran Teatro Nacional. Foto, discurso y catering, como siempre. Una sensación de vacío se produjo en su estómago y en la punta de sus dedos notó un cosquilleo. Ella pasaba de largo sin mirarlo, como siempre altiva, morena, con esos ojos profundos veinte años después. En el cuello colgando la tarjeta de acceso como directora de recursos humanos del teatro. Ya no llevaba el casco y la libreta. Ahora conducía el carro de un niño que dormía ajeno a todo. Su pareja era otra a la de la universidad. Era la primera persona que lo ignoraba desde tiempos en que era líder de la oposición. Ni siquiera una mirada de curiosidad.
El Presidente se volvió a sentir frustrado, apretó el botón rojo que acabaría en media hora con el planeta y se dirigió al bunker que le preservaría con Eva durante la hecatombe y sus años posteriores.

No hay comentarios: